miércoles, 30 de abril de 2014

4 Marzo. INICIOS EN SUDAFRICA

La espera es un arte. Hay que aprender a esperar para vivir en paz. Un viaje como este pone a prueba la paciencia y la resistencia física y mental. Después de 26 horas de viaje y 17 de vuelo me siento exhausta y apática. Alojada en un hostal juvenil con decoración setenta y muy buen ambiente [aunque adolece de una buena limpieza, todo sea dicho de paso], me pierdo en mis pensamientos mientras descanso frente a un gran ventanal que descubre un acogedor jardin con césped y vegentacion tropical. Pienso en las ultimas experiencias que llenan las primeras paginas de mi libro en blanco. El libro que me traje a África y que recogerá día a día mis mis nuevas experiencias.

He caminado durante horas enteras por aeropuertos, terminales, estaciones de metro...por mi cabeza se suceden imágenes de colas de gente, señales informativas de aeropuertos, aviones recogiendo pasajeros, megafonías, tarjetas de embarque, facturaciones, mostradores...información, información, información.... ay que no te puedes dormir que si anuncian tu vuelo por megafonía la jodiste, ay pero que cansada estoy....ay ahora me bajo de este avión y espera dos horas de pie por otro....ay que hambre... ay que caro todo...ay no me puedo creer que en Barajas me cobren un euro por el carro de las maletas... hay que ser toca pelotas...y ahora como subo esta caja al bus que te lleva de la T2 a la T4 sin ayuda y con otro bulto pesado...ay que complicado es todo cuando uno se muere de cansancio y hambre...

En total 3 aviones para llegar a Johannesburgo desde Canarias. Aunque la aventura solo acababa de comenzar. En el ultimo avión mi compañero;ero de asiento es un canario de Tenerife que ha seguido la misma ruta que yo para llegar a África. Se llama Suray y tiene 26 a;os *un pollito. Aunque sus planes en Sudafrica no tienen nada que ver con los mios, su modus operandis es el mismo> buscarse la vida para conseguir sus objetivos primordiales, que a su vez no son mas que los de la mayoria de la población canaria joven, conseguir un trabajo y vivir sin  preocupaciones económicas resto de su vida. Asi que el muchacho nacido en Tenerife con ascendencia hindu lo tiene claro y va a arriesgar y apostar por emigrar a otro pais porque en esta vida el que no arriesga no gana y casi nunca ganan los cobardes. 

Despues de negociar un precio a la baja con un taxista que me queria timar y dar vueltas durante una hora en busca del hostal mas barato y mejor de Johannesburgo [al menos eso dice The Rough Guide, Airport Shoestring Lodge, por el que pago 150 Rands, que al cambio son unos 10 euros la noche con breakfast sencillito como el solo, muy cerca del aeropuerto] me apeo en un hostal que no es el que busco y me quedo literalmente tirada con mi gran bulto pesado y una caja de dimensiones astronómicas reposa mi bici desmontada en la puerta del establecimiento que no es y que triplica el precio que puego pagar. En unos minutos estoy rodando mi gran bulto pesado por las calles de  Johannesburgo rumbo a la correcta dirdirecciónerca de donde el taxista me abandono a mi suerte. Agotada, sin dormir, con hamb e y una mala hostia considerable empujo mis tres alforjas unidas por un amasijo de film trasparente en un bulto extrano y dificil de manejar durante cuarenta y cinco minutos a la dirdirección indicada en la guia y que el taxista no supo encontrar [o no quiso]. Toco algo parecido a un timbre que no suena y no parece haber nadie en el edifcio.  Asi que aguardo exhausta. Ya me da igual todo. Oigo unas voces y hay dos jóvenes caminando por el jardín parecen buscar a alguien. Desde el otro lado del muro que separa la calle del jardin los llamo. También recién llegados y no encuentran a nadie que les atienda. Me ayudan a entrar el gran bulto y vuelvo al primer hostal a por mi bicicleta. Tras otros 45 min. cargando con la gran caja y deseando que eso no estuviera ocurriendo en mi vida logro juntar todas  is cosas e instalarme en Shoestring de una vez.

Los dos jóvenese me encontré a la llegada son israelitas y llevan meses en Cape Town, mas conocida en el mundo hispano como Ciudad del Cabo. Me hablan maravillas de la ciudad y me explican que están Johannesburgo para acudir al partido  e fútbol se juega esa misma noche entre Sudafrica y Brasil. ME invitan a ir  on ellos y no puedo decir que no. Me parece una gran idea por varios motivos, el mas importante, divertirme un poco despues de la peregrinacion aeroportuaria experimentada en las ultimas horas. Sin embargo, mi gozo en un pozo, me quedo sin entrada porque ya esta todo -sold out- yo me lo imaginaba, y me despido de ellos con una gran pena en el alma ya que me encanta el fútbol y necesitaba ese chute de  adrenalina en las venas. Asi que se van y me quedo de nuevo sola en un centro comercial sin saber donde estoy y como salir de alli. 

Después hacer algunas compras en un supermercado donde deambulo casi sin rumbo como un zombi de The Walking Dead intento negociar un precio con un taxista sin éxito.  Como no  queria arruinarme económicamente el primer dia en Johannesburgo busco otra opcion. Un aparcacoches -aqui los hay a montones - me explica que no hay buses en la ciudad, que la gente pilla Taxis en grupo. Con mi energía en los peores niveles desde hacia meses busco  uno de esos taxis cargando con dos bolsas de comida y una garrafa de agua de 5 litros. Como bien dice una buen amigo mio, -lo malo viene todo junto-. Efectivamente, comienza a diluviar de repente y la búsqueda se torna un infierno. Llego a un aparcamiento y me guarezco bajo una marquesina a la espera de que Zeus cierre el grifo de una santa vez. Pero no ocurre esto. Aparece de la nada un hombre negro como el carbon que me ofrece guarecerme bajo su enorme paraguas haciendome reverencia continua. Pienso en lo amable que es y le doy las gracias de corazón y me  lleva hasta uno de estos particulares y originales taxis grupales bajo su gran paraguas y me pide una propina. Que palo. Bueno, el chico se lo curro y no le puedo decir que se vaya a la mierda. Asi que le doy unos 10 Rands, menos de un euro, y se va con su paraguas a buscar a otra dama en apuros con bolsas de supermercado y recién llegada al pais y con ropa de ciclista.

1 comentario:

  1. Hola Cristina,
    Te he descubierto hace poco, por YOUTUBE, eres una valiente y una más que probable ejemplo a seguir. Empiezo hoy a leer tu blog y, en concreto, tu experiencia en África. Más que nada porque también he seguido a la pareja de viajeros de "Vivir en Ruta", Oscar y Blanca.
    Me llama la atención una cosa. Siendo, como eres, periodista y habiendo escrito tu libro o libros, ¿como es que no utilizas signos de acentuación en muchas palabras?. Supongo que se deba a una razón técnicamente informática. En cualquier caso, seguiré leyendo tus más que interesantes relatos y dejando algún comentario.
    Gracias por mostrarnos tu felicidad.... (JJ uVeNe)

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